24.6.08

Dar jugo

No me refiero al dar jugo del peinar la muñeca o rallar la papa. Me refiero al jugo real, el que se hace de las frutas.

Natalia dice que debí habérselo dado vuelta en la cabeza, pero eso no se me ocurrión. Por el contrario, la cosquillita movió mis jugos internos y el que hierve en mi cabeza al pensar en esto.

Quizás ese día fue puro jugo. Lo que pasa es que soy una maraca. Con quién, no me queda claro. Yo creo que al final conmigo misma no más. Si al final todo se devuelve, es el karma. Pero no pude evitar la tentación de ver esa cara de nuevo, ahora que lo de antes debe obviarse. Yo muy tranquila, claramente. Yo no he hecho nada malo. Quería ponerme a prueba a mí misma, y la conclusión es blurry aún. Yo no sé qué siento. Sí, verbo sentir. Si algún hombre cree que la mujer puede dejar de lado sus sentimientos, o si tratan de hacerle creer eso, debe saber que es una total mentira. Quizás la lola está tratando de engañarse a sí misma, pero es una mentira. Y esto me lo ha dicho hasta la más bitch de mis amigas. O sea, si la conocieran, sabría que esta es una verdad innegable.

Vuelvo a pensar en haberle dado vuelta el jugo en la cabeza. Pero no, yo tengo sentimientos. Y sentimientos tan tarados que me hacen no querer cagarla y tener paciencia.

Yo pensaba que no tenía corazón. Resulta que tengo uno. Uno muy acongojado que quiere entregarse y ser regaloneado, y el tiempo pasa y todo se acumula. Y así el miedo de entregarlo todo a alguien equivocado y quedarme con nada. Pero ya estoy aburrida.

¿Qué hay de malo en entregar el corazón?