Puchas que me cuesta

Si po, me cuesta estar enojada contigo, sentir que no tengo nada que decirte, o más bien pensar que lo que quiero decirte no te va a interesar.

Resulta que ahora siento un vacío sabiendo que ya perdimos ese espacio que tanto disfrutábamos, quién sabe por qué, yo creo que dejaste de necesitarlo, o mal interpretaste mi necesidad, no eres mi sol, no giro al rededor tuyo, pero me haces falta, esa es la verdad.

Como que tu no entiendes mi interés por las cosas cotidianas, o las discusiones por la vida, no todo es como tú piensas, preguntar por ti no es perseguirte, discutir contigo no es tratar de convencerte ni pedir tu aprobación. Yo quiero sentirte cerca, crecer contigo, eso es todo. Pero bueno, para eso se necesitan dos.

Me pican los dedos pero me contengo de escribirte, de llamarte aunque me cueste caro, me aguanto, me aguanto, pero puchas que me cuesta.