30.4.07

La cursilería de la nueva etapa

Y qué más da. Si total la vida está llena de ciclos. Y si no los tiene, qué pena pues, porque esa no es vida.

Soy reticente a las cursilerías, pero mi nueva etapa tiene que ver con eso. Con tratar de hacer la hueá que se me dé la regalada gana.

Parece que no me queda otra que reconciliarme. Con el aquí y el ahora, porque puede que nunca más estén. Lo dije sin pensar en ti. Quiero dirigir mi actuar a un plan a futuro, quién sabe cuán lejano, lo importante es que sea. Lo bueno del plan es que depende de mí. Cómo llego, con qué ropa, a qué, por cuánto tiempo. Bueno, el por cuánto tiempo depende de burocracias varias.

Pero no todo es tan lindo así que quiero hacer mis descargas. Plasmar, como quien dice, todas las hueas que me chatean de la vida, y luego tratar de obviarlas. Aunque a veces es difícil porque vivo sumida en ellas. En realidad todo hace referencia a mi entorno y al discurso blablabla que reina por aquí.

Me tiene harta la politiquería universitaria. Al final todos los hueones terminan dando jugo, metiditos en el juego del tira y afloja, contentando sus corazones con victorias políticas en nombre de los estudiantes y el mundo. Sus diálogos de sordos, sus manipulaciones mediáticas, su estrechez de mente, su creer en lo que quieren. Váyanse a la mierda, de izquierda y de derecha. Yo haré mi pega, pero no me pidan corazón, que para ensuciarse con negociaciones y ansias de poder y orgullo no está. Alguna vez quise creer, pero ya no.
Y estas mismas personitas, que pregonan igualdad, justicia, solidaridad, son unos egoístas de mierda. Son unas mierdas de personas con quienes los rodean. Dicen querer, amar y respetar, pero no hacen nada de eso. No se quieren perder ni pan ni pedazo. Al final los mueve un culo, uno tan grande que les hace olvidar sus convicciones políticas, esas que flaquean sólo para poder comerse a la chiquilla. Lindo el discurso.

Y dejando de odiar, y volviendo a mi tema, puedo decir que:

Aunque dudo como siempre, siento que soy más feliz.
Porque conocí a una persona maravillosa, que me abrió los ojos y los sentidos. A la distancia igual me hace rabiar, me hace ansiar un futuro que no es tal, cambia mi ánimo día a día, pero sigue siendo especial. Porque marcaste un giro en mi vida, qué quieres que te diga, aunque mañana quisieras matarme y yo dejara de quererte, como dices tú, recordaré por qué te quise. Y así, en algún lugar de mí, seguiré queriéndote, o quizás amándote.

Como que en tres años uno no ve nada, vive suspendido en algo suave y prometedor. Pero de un día para otro, hay que aterrizar y pensar en la vida de verdad.

Sucede que soy muy ingenua, y no quería dejar de serlo.
La vida cambia cuando te das cuenta de lo poco que puedes depender del resto.